miércoles, 17 de octubre de 2007

Aventuras en la isla (Tercera parte)

Aunque no lo parezca, este es un blog en el que relato diariamente mis experiencias laborales. Un saludo a todos.




Avanzamos por entre las ramas, andando por las plataformas construidas en los alto del árbol, todo el equipo junto, cuidándonos las espaldas. Llegamos a la línea roja que solo permitía cruzar a las mujeres, y Rose y Ter-se-aja la cruzaron y continuaron por una gran escalera tallada en una de las ramas.

Observamos como subían, cada vez más ocultas entre las ramas hasta que dejamos de verlas y oirlas. Cruzar la línea hubiera resultado fatal para nosotros, así que simplemente nos quedamos allí esperando.

Los primeros sonidos que nos alertaron parecían como de pasos ligeros unidos al de un cuerpo pesado rozando contra la madera, enseguida apareció por detrás nuestros apartando las ramas, un enorme insecto, con en aspecto de cienpies de gruesas patas. El cuerpo amarillento parecía estar formado por gruesos sacos unidos entre sí. y sus patas no eran menores de un brazo humano musculoso. Podía levantarse sobre la parte trasera de su cuerpo. La criatura debía medir uno quince metros (aunque no me estuve quieto el tiempo suficiente para medirla) y levantaba una parte de unos cinco, bastante por encima de mi fornido amigo.

Se acercó muy rápido hacia nosotros, Janto se colocó delante de mi, esperando al bicho, él era quien llevaba las armas y quien había sido entrenado para defendernos, además siempre estaba presumiendo de lo fácil que se integraba entre los miembros de la tribu. Sin embargo el insecto casi se lo zampa del primer mordisco. En aquel momento no sabía si le había arrancado algo, pero sin pensarlo dos veces comencé a darle en lo que pensaba que era su cabeza con mi zapato hasta que dejó de incordiarnos y se volvió a esconder entre las ramas.

No habíamos acabado con él, pero al menos seguíamos vivos, una suerte para Janto al cual vi peligrar seriamente. Sí que fue una clara advertencia para nosotros. Sin duda cuando volvieran nuestra compañeras (si volvían), podríamos preparar un plan que nos garantizara librarnos de cualquier monstruo y salvar nuestras almas del poder del Gran Hechicero.