La verdad es que la secuencia:
- madrugón
- medio dormido hacer la maleta
- llamar a los taxis y no ser capaz ni de expresar correctamente dónde debe recogerte del sueño que tienes
- llegar al aeropuerto
- subir al avión
- bajar en un aeropuerto
- esperar
- subir a otro avión
- llegar al destino
- meterse en una reunión
- comer
- ir a otra reunión
- llegar al hotel
... es desesperarante.
... qué aburrido ...
Vayas donde vayas no te quedan ganas de conocer nada. Hoy, porque después del rollazo que he contado mi compañera ha propuesto ir a ver el casco antiguo de la ciudad, así he roto con la historia de no haber visitado la zona turística de una ciudad a la que he venido ya un porrón de veces.
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