Una oferta de más de un millón de euros, que es el principal proyecto de mi sinvivir y lo que se introduce en nuestro sistema no tiene ningún parecido a la realidad.
Llevo horas empleadas en reestructurar qué es lo que hemos vendido al cliente, reorganizarlo en software propio, asistencias y terceros y comprobando que la oferta anterior, salvo el importe no coincide en nada con la realidad, me pregunto ¿pero cómo la dieron de alta de esta forma?
Lo curioso (y por desgracia) es que nuestros comerciales están ya tan incapacitados, que mientras lo tengo colgado día sí día no de mi espalda preguntando cómo puede ayudar en el proyecto, el que tiene la responsabilidad de establecer correctamente las cifras de la oferta soy yo.
Así es mi empresa y así se lo hemos contado
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