viernes, 5 de mayo de 2006

El dia que fui imprudente

Por desgracia, tengo algún interlocutor en mis clientes donde un nuevo proyecto supone una carga de trabajo adicional que no está dispuesto a admitir (¿pereza? ¿saturación?). En estos casos tenemos un grave problema, porque aquello que deba pasar por sus manos quedará inevitablemente parado salvo que reciba presión por parte del impulsor del proyecto (en este caso de administración pública, el político)

Si unimos a lo anterior la posibilidad de que este interlocutor nuestro abuse de la relación cliente - proveedor, y siempre achaque cualquier retraso a la otra parte, tenemos un serio problema.

Si además vuelca su malestar en llamadas y mails es un grave peligro.

Bueno, yo hoy, y no recuerdo haberlo hecho antes, me he dado el gustazo de contestar a un mail de un cliente de forma alternativa. Afeando su mala educación en la redacción de sus correos, le he escrito de usted, y para resaltar que sus comentarios estaban fuera de lugar, he explicado todo, clarito clarito y paso a paso, en más de nueve párrafos.

Para demostrar que se ha dado cuenta, y retratarse una vez más, ha contestado a mi mail, con un tono de matón navajero y lanzándose directamente al insulto ¡todo esto con copia a todos los mínimamente implicados en el proyecto!

Y lo mejor de todo es que yo he vuelto a contestar, ahí hemos parado... pero vamos yo ya estaba lanzado, hubiera contestado hasta el infinito aunque todas mis horas de trabajo tuvieran que ser imputadas a este proyecto y aunque ya tenga un agujero monstruoso

Pongo ahora un relato:

- A Zutanito (el cliente) le presiona su jefe para que haga algo a lo que se ha comprometido de cara a las elecciones
- Un comercial le vende muchas ideas a Zutanito, que nos las compra ¡gracias! y quedan plasmadas de forma muy insuficiente en una oferta de saldo (es una suerte que nos compre Zutanito, pero es tacaño y hay que darle buen precio)
- El equipo técnico comienza los trabajos que se han marcado como muy urgentes e importantes. El JP asigna a Técnico1 para realizar la instalación básica y personalización del producto de forma que se avance lo más posible antes del análisis
- Sin embargo Zutanito ya no está dispuesto: no tiene la presión de su jefe y aún no ha conseguido disponer de nuevo personal por lo que utilizará esto para presionar. Así que no se contestan a los mails, se dan largas a las llamadas telefónica... tras cuatro meses el equipo técnico informa al comercial que se ha perdido la interlocución y no se puede comenzar (sin embago sí se ha comenzado y se han dedicado bastantes horas de trabajo).
- Pasado medio año tras la venta aparece Zutanito recordando su importancia como cliente y la del proyecto
- Como no hay un interlocutor claro del cliente ante las quejas de JP, Zutanito encarga a Mutanito que tampoco encontrará mucho tiempo...
- Por fin retomado el contacto, JP intenta centrar el alcance del proyecto, pero resulta que entre lo plasmado en la oferta y lo explicado por los tres comerciales, (sí, la oferta ha sido vendida por hasta tres personas contando cada cual más gorda) hay grandes diferencias.
- Como el cliente es importante (de tamaño, que no de contratación) la empresa traga con lo que sea ¡claro, qué bueno es tenerlo de cliente! Además ¡cómo vamos a dejar mal al equipo comercial!, ¡su palabra es la ley!
- Se dedican varios meses en este proceso, tras un año desde la venta (que cuentan ¡como retraso de la empresa!), por fin tenemos un documento donde se detalla el alcance del proyecto, y por supuesto firmado por el cliente ya que será la única tabla de salvación de JP.
- En el tiempo que ha pasado, la empresa ha remodelado el producto en el que se basa la oferta, lo instalado y configurado no vale, hay que comenzar.
- Pero en ese momento no hay recursos disponibles, con suerte se consigue una parte de dedicación de Técnico2 que intenta retomar lo aprovechable del trabajo de Técnico1
- Se realiza la instalación en los servidores del cliente, pero por problemas técnicos del cliente los trabajos se interrumpen durante diferentes periodos de tiempo
- Tras el último parón, Técnico3 retoma el proyecto, pero de nuevo tenemos cambios de producto, esta vez se reaprovecha más de la versión anterior, pero aún así hay que rehacer... pero como Mutanito está desaparecido, ante nuevas quejas, conseguimos que se asigne al proyecto a Yutanito
- Mientras Yutanito responde algo más ligero a nuestras peticiones de información, Zutanito reparte caña según le pregunta su jefe, ya que por supuesto nosotros tenemos toda la culpa.
- Llegamos a un parón veraniego con los trabajos casi finalizados, pero hay un pequeño problema, el equipo técnico "asignable" al proyecto ya no puede continuar las tareas, pasan a depender del equipo de desarrollo de producto, por lo que JP tiembla, y tiembla con razón, a pesar de las continuas promesas del responsable pasará medio año hasta que se atiendan los trabajos necesarios
- En este último tramo, la presión amuentará día a día, el jefe de Zutanito ya huele las elecciones y le aprieta, y ahora el proyecto sí está parado, por lo que su mala educación irá plasmándose en llamadas y mails insolentes, que pueden incluso llegar a un pequeño y divertido pique con JP
- El trabajo finalizará, pero con unos resultados económicos y de imagen fatales para la empresa

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