Al unirse las coincidencias de salir de casa un poco más justo de lo acostumbrado y que el taxi tarde mucho más de lo acostumbrado, he lleguado con el vuelo ya cerrado y llamando para embarque. El aeropuerto de mi ciudad es pequeño, hubiera llegado, no tenía que facturar equipaje, pero ya no me han dejado pasar.
En fin, como dice mi compañero que volaba desde otro lugar al que he dejado tirado y ha tenido que hacer la presentación solo: "Al que no se mueve no le pasa"
Lo peor es la cara de gilipollas que se me quedó en el aeropuerto, a las 6:30 de la mañana habiéndome levantado antes de las cinco. Así que he hecho lo único que podía hacer, como iba para dos días, he pasado la ida para mañana. Ida y vuelta (cada una dos aviones) el mismo día.
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