Mejor que una droga, debería decir que soy como una tranquilizante, pero uno fuerte; un balium! Sí, soy un balium para los clientes. Para estar tranquilos necesitan una dosis de mi.
Les encanta hablar conmigo y contarme si están a gusto o a disgusto con el proyecto. Mientras está en marcha el proyecto y tienen contacto con otros consultores, los he visto pornerse nerviosos cuando marcha regular (normal) o funcionando todo bien (¿raro no?), si hablo con ellos... se tranquilizan.
Me extraña esa característica del puesto de jefe de proyecto, pero no puedo dedicarme a viajar solo por visitar, o todo el día llamando por teléfono:
- Hola... llamo a preguntar cómo estas...
- ¡Hola! ¡Gracias! ¡Qué alegría que me llames! ¡Cuánto tiempo sin hablar contigo! ¿Qué me cuentas?
- No, cuéntame tú...
(Escrito tras 50 minutos de conversación con un cliente en el que me ha contado lo que ya sabía por el consultor asignado al proyecto, y él sabía, que yo lo sabía...)
lunes, 19 de septiembre de 2005
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