Son varios los temas que se han movido durante mis vacaciones
Entre todos, el que más me ha sorprendido (y desagradado) es que mi cliente no quiera poner en marcha el aparato de video-conferencia que incluimos en nuestra oferta como mejora.
Otro de mis clientes en otro de los proyectos, tuvo un comportamiento mafioso, el proyecto que debería estar finalizado debe incorporar nuevas funcionalidades o no adjudicará nuevos concursos que tenía comprometidos con nosotros. No sé para que sirve definir características, exigir la firma de documentos... personalmente espero no volver a trabajar con ellos.
Me ha dado por pensar que hay dos tipos de problemas (alarmas) en los proyectos, los que una semana después están olvidados aunque se haga poco por solucionarlos y los que se van enquistándose, empeorando cada día. Yo tenía la idea de que muchos de mis problemas eran del primer tipo, pero quizá no exista realmente, y aunque pasan, todo queda latente, creando un monstruo...
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