lunes, 26 de mayo de 2008

Me invitan a marcharme

Ya he comentado en varias ocasiones que hemos estado negociando el último año las condiciones laborales "armonizadas" entre los diferentes colectivos que formamos parte de la empresa. No se trata de negociar mejoras, sino de equilibrar un montón de aspectos que eran diferentes según la empresa comprada de la que provenía cada uno. Yo, de forma muy modesta, he formado parte de las negocianciones porque formo parte del comité de empresa de mi centro de trabajo "perfiférico" y de poco peso en el conjunto de la empresa.

Ahora, en mi empresa existen determinados perfiles que cobran una paga por objetivos, un "bonus", o un "variable", como lo queramos llamar, sin embargo, en lo que era mi anterior empresa, todo el mundo tenía este sistema de incentivos, por lo que en los deseos de "igualar", la empresa quería que todo el colectivo reunuciara (a cambio de algo) a sus objetivos, la oferta era bastante buena, porque se ofrecía pasar a sueldo un alto porcentaje del valor que cada uno tuviera como objetivo. Era una buena oferta y casi todo el mundo (incluido yo) lo ha visto así. Mi problema viene cuando descubro que en mi caso yo seré una de las personas que sí tendrá objetivos en la nueva estructura, por lo que no se me aplicará la compra. Intento hablarlo con unos y otros, y no consiguo hacer entender a nadie que mi sueldo antes era X + Y, y que si ahora a mi colectivo se le ofrece que su sueldo sera X + 0,8Y, si a mi no se me hace me considero perjudicado... la respuesta es que tener una paga de objetivos es un privilegio. Quizá la gente que tiene que entenderlo tiene un sueldo bastante más alto que el mío
La cuestión se muestra tal cual es cuando llegan los objetivos de este año, y mi cálculo es ridículo, a mucha distancia del 80% de mis compañeros. Solicito por escrito la renuncia a mis objetivos, pidiéndo que se me considere como cualquier otra persona.
Cuando ya pensaba que me iban a dar la callada por respuesta me llama uno de los jefes (el segundo en escalafón, J2) a decirme que eso no podía ser, yo comparto con él que eso no es una solución válida para todos los que están en mi situación, sobretodo (y eso me lo deja caer) por los sueldos y variables de los otros que se ven afectados, todos jefes, responsables de línea, etc. En resumen, a joderse por caer en el mismo lote de personas que cobran mucho más que yo.
Sin embargo este jefe me comenta dos cosas, la primera que me asegura que me hará una propuesta de aumento (yo, visto lo visto desconfío muchos de esa propuesta, pero es cierto que es una forma en la que se resuelve mi problemática), la segunda promesa es que el próximo año la medida de los incentivos será más ajustada a nuestro trabajo (el año que viene... largo me lo fiais) Su mejor frase, si lo que pretendía era disminuir mi ánimo a cero fue la de que hay que esforzarse en estos momentos, y si no marcharse... ya hay mucha gente buena que se ha ido.
Unos días después me llama a decirme que el único aumento que me puede ofrecer es tan ridículo, y la forma de añadirlo a nómina tan vergonzante que hay una alta probabilidad de que el año siguiente deba devolver dinero a la empresa.

Le doy las gracias por si esfuerzo, ¿para qué decirle otra cosa? Tras ofrecerme para el blog este perfecto ejemplo de cómo una persona pierde toda su credibilidad.

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