Comentario del martes 26 de junio de 2007:
Hace unos meses y durante bastante tiempo, he dedicado varias entradas a comentar los cambios y transtornos que ha supuso el cambio en mi empresa del comercial asignado al cliente del cual gestiono el proyecto. Hablé bastante de problemas, que han llevado a algo de lo que me enteré ayer por la noche, volvemos a cambiar.
En teoría este comercial que retomaba lo hacía con todo el respaldo de la dirección de la empresa, donde realmente se mueve muy bien y lo hacía porque este es un cliente del cual se piensa que se puede sacar mucho rendimiento. El problema es que su entrada ha sido muy mala, ha repetido los vicios del anterior comercial e incluso a empeorado la situación por su negativa a colaborar y tratar de igual a otros compañeros que tenían mucho peso en la relación con el cliente.
El cliente, que tonto no és, ha aprovechado para pisarnos en el dedo que dolía he incluso le hizo la jugarreta al nuevo comercial de acordar con él la renovación de un proyecto (que para nosotros era bajarnos a tope los pantalones) para desdecirse unos días después y ni siquiera avisarle, si no comunicándoselo a uno de nuestros técnicos. Esto ha sido todo un golpe en el orgullo de una persona que solo quiere jugar "grandes ligas", no me extraña que haya salido por piernas, aguantando unos pocos meses con este extraño cliente.
Le sustituye quien era su apoyo técnico, una especie de ayudante en todo lo que llevaba que ahora "asciende" pasando a ocuparse de este cliente y de algún que otro más en el que también hacía de comercial a la sombra.
Lo mejor de esta situación ha sido que esta mañana en una reunión telefónica, entre otros, con mi anterior jefa, he podido asistir a un momento inolvidable cuando ella se entera del cambio y cómo reacciona, ya que ese cambio tampoco le gusta.
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