Va volviendo gente de sus vacaciones y la oficina ya tiene un poco más de "vidilla".
El estar de guardia me ha traido un poco de trajín, me pasan llamadas curiosas, modificación de agendas hablando con clientes que no conocía.
Al final no he resuelto mi posible viaje de esta semana. No puedo echarle las culpas a las llamadas recibidas, porque aunque me han distraido casi toda la mañana, voy retrasándolo por las pocas ganas que tengo de hacerlo...
lunes, 20 de agosto de 2007
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