La empresa me apuntó a un curso que es un juego o competición por equipos. Eso significa que mi equipo debemos encontrar el momento de reunirnos (telefónicamente) aún no nos hemos visto la cara y completar un formulario de decisiones.
Hoy hemos completado el nuestro de segunda ronda. Lo complicado que me resulta dedicar tiempo a este juego, hace que me comporte de forma un poco "acelerada", ya en la anterior ronda me convencí que hay cantidades en las decisiones que deben ser grandes, solo conseguí que en mi equipo las pusieramos por encima de la media (y eso que solté mi frase "los que se fijan en la media se quedan en mediocres")... tampoco quise insistir demasiado.
Esta vez sí, ya tenía muchos argumentos y además para reforzarlos me he comportado como un loco al teléfono ¡pongamos más! ¡multipliquemos todo por dos!... lo que tiene una reunión por teléfono.
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